viernes, 7 de octubre de 2011

PROYECTO GRAN SIMIO EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LUCHA CONTRA LAS PLANTACIONES DE ÁRBOLES

El pasado día 21 de septiembre, día internacional de la lucha contra las plantaciones de árboles, el Proyecto Gran Simio ha entregado una carta a la FAO junto con el Movimiento Mundial de los Bosques Tropicales y numerosas organizaciones, científicos y profesionales de diversas áreas del conocimiento vinculadas a la naturaleza, exigiendo que dicho organismo internacional revise la nefasta definición de bosques que permite que los monocultivos de árboles sean considerados bosques.

En dicha carta se expresa el desacuerdo con la definición de “bosque” de ese organismo y se exhorta a iniciar un proceso de revisión de dicha definición.

Las plantaciones de monocultivos son responsables de la destrucción de las selvas tropicales, sobre todo en Indonesia y Latinoamérica, pérdida de biodiversidad, expulsión de pueblos indígenas y campesinos de sus tierras y el asesinato de líderes que intentan luchar por la defensa de los bosques primarios.

Si una extensión de selva es destruida e inmediatamente después como se está haciendo, se plantan monocultivos como la Palma de Aceite en la misma zona talada o quemada, para la FAO no significa pérdida forestal y sigue llamando bosque a los monocultivos que son verdaderamente desiertos verdes sin vida.

CARTA ENVIADA A LA FAO (VER DEFINICIÓN).

Carta abierta a la FAO:

La FAO define “Bosque” como: “Tierras que se extienden por más de 0,5 hectáreas dotadas de árboles de una altura superior a 5 m y una cubierta de dosel superior al 10 por ciento, o de árboles capaces de alcanzar esta altura in situ” (*).

Según esta definición ha sido posible sustituir bosques primarios por plantaciones monoclonales de árboles de especies exóticas genéticamente manipuladas, sin que ello se considere deforestación. Esta definición también ha permitido llamar “bosques” a monocultivos industriales de árboles que se expanden a expensas de la destrucción de otros ecosistemas.

El problema se agrava en tanto otras organizaciones e iniciativas de la ONU, como la Convención Marco sobre el Cambio Climático, así como numerosos gobiernos nacionales, aplican esta definición en sus negociaciones, programas y políticas. Más aun, muchos análisis y acciones se implementan a partir de esta definición.

Consideramos que la definición actualmente utilizada por la FAO debe ser cambiada. Dista mucho de contemplar la complejidad estructural de los ecosistemas boscosos, diversos, multiestratificados y complejos funcionalmente. Tampoco refleja su capacidad de proveer servicios ecosistémicos fundamentales para la humanidad, como el mantenimiento de la biodiversidad o el almacenamiento de carbono, ni contempla el rol fundamental que juegan en la vida de las poblaciones locales. Agrupar bajo una misma definición a las plantaciones de árboles y a los bosques naturales diversos conduce a tomar decisiones erróneas. La actual definición de bosque tiene consecuencias negativas a escala local y global, en tanto legitima la expansión de los monocultivos industriales de árboles, cuyos impactos sociales, económicos, ambientales y culturales han sido ampliamente documentados y denunciados.

Por todo esto, los abajo firmantes, como científicos y profesionales de distintas disciplinas que abordan el estudio de la naturaleza, expresamos nuestra disconformidad con la definición de Bosque de la FAO e instamos a este organismo a que inicie un proceso de revisión de la misma.

(*) FAO, Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010, Anexo 2. Términos y definiciones utilizados en FRA 2010,
http://www.fao.org/docrep/013/i1757s/i1757s.pdf

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